Ensayo por: Patricia
Robles Madrigal.
Mayo de 2014
En el CECyT “Miguel
Othón de Mendizábal” del Instituto Politécnico Nacional se prepara a los
jóvenes estudiantes para cumplir los requisitos de una formación media superior
a la vez que se preparan para adquirir las competencias genéricas y específicas
de una carrera técnica profesional, es por ello que, para ingresar a este
Centro de estudios, los aspirantes ya tienen un ideal profesional y al ingresar
orientan sus esfuerzos a contar con las bases académicas necesarias para
llegado el momento incorporarse a estudios de nivel superior e incluso para
incorporarse al sector económico, este es el inicio de su condición juvenil,
que en opinión de Roberto Brito, “La condición juvenil se caracteriza por ser
un proceso destinado a la inserción del joven en las estructuras formales de la
sociedad; es decir, por el acceso a las responsabilidades sociales.”
Durante su estancia
en este Centro de estudios nuestros jóvenes estudiantes van formando su
identidad, moldean su carácter muchas veces influenciado por su entorno
familiar y social, es una etapa en la que pueden elegir su estilo de vida, van
tomando en sus manos el control de la responsabilidad de establecer sus metas y
objetivos para tomar las mejores decisiones. La mayoría de ellos aspira a
continuar sus estudios de licenciatura; sueñan con ser grandes profesionistas y
mejorar su estatus social y económico; buscan relacionarse con compañeros
afines a sus objetivos, sus ideales, sus gustos e intereses personales; tienen
la valentía de descartan relaciones nocivas y destructivas; visten de forma
cómoda durante su estancia en la escuela; sus conversaciones están relacionadas
con sus actividades culturales, deportivas, amorosas; muestran cierta
indiferencia ante los problemas sociales y familiares, pero también viven
angustiados principalmente por la inseguridad del país y de sus ámbitos de
estancia.
Esta etapa se
percibe como una evolución o transición de niño en edad escolar a adulto, que
además de observarse cambios físicos, se distinguen transformaciones sociales y
culturales, lo que trae como consecuencia el enfrentarse a problemáticas, una
de ellas es el uso de las tecnologías ya que se vuelven independientes de sus
audífonos, celulares, computadoras y se observa que le invierten más tiempo en
distraerse que el que deben utilizar para adquirir conocimientos, ya que se
percibe que viven embelesados en la información que consultan y que
generalmente no es académica, ya que se denota que escuchan música, chatean,
buscan páginas no relacionadas con los contenidos de sus programas de estudio.
Los estudiantes, en
relación a la escuela saben reconocen el profesionalismo de algunos de sus
profesores y gustan de relacionarse con ellos a través de solicitar un consejo,
la orientación o simplemente una sonrisa. Resulta normal el observar su
confianza en descalifican las actitudes de algunos profesores, pero están
convencidos que no pueden resolver este conflicto emocional porque el mundo de
los adultos les es incierto, ya que manifiestan que nadie les escucha o atiende
a sus solicitudes. Una vez que egresan de la escuela, algunos gustan de
enviarnos correos o de ir personalmente hasta nuestras aulas o cubículos a
saludarnos, recordando su estancia en la escuela y reconociéndose como exitosos
al haber alcanzado satisfactoriamente una meta básica de su vida profesional y
encontrarse en una etapa en la que se consideran libres y expertos para tomando
el control total de sus actitudes que en términos generales son el continuar y
concluir el siguiente nivel escolar, conseguir trabajo al menos de medio
tiempo, incrementar sus actividades culturales, etc., se puede percibir
entonces que ya tienen más proyectos de vida.
En fin, considero
que la etapa que viven nuestros jóvenes estudiantes es linda, versátil, por
demás con incertidumbre, pero con el anhelo de triunfar y ser mejores día con
día. A través del Programa Institucional de Tutorías, los profesores tenemos la
oportunidad de acercarnos a ellos para apoyarlos y orientarlos, a la vez que
nos enriquecemos con la satisfacción de serles útiles a ellos, podemos
participar en la toma de decisiones profesionales y ser participes de sus
éxitos como de sus pequeños fracasos, para motivarlos a continuar adelante y
asumiendo compromisos y responsabilidades de la edad adulta.